Para finalizar el curso nos pareció una buena despedida hacerlo con una actividad de teatro de las buenas.
Conocemos de hace tiempo los montajes diversos, y todos siempre buenísimos, de este grupo de la PAI (Promotora de Acción Infantil) que lleva muuuuchos años ya trabajando en Zaragoza.
Llevan muchas fiestas del Pilar amenizando una parte importante de la oferta de diversión infantil durante las fiestas. Así han realizado montajes buenísimos en "Rio juega" en la Expo (los dos o tres últimos años), en el parque Delicias ("El parque de los insectos")y en el parque Torreramona (con un gigantesco arenero en el que los niños disfrutaban como enanos y una gran cocina con horno y todo donde los niños podían hacer sus "panecillos" de verdad...). De éste último yo (Ana) puedo dar fe, y también del de los insectos porque mi hija estaba en aquella época en su edad infantil y ningún Pilar perdonaba varias visitas a estos montajes de la PAI. El primero de ellos, en el parque Bruil, lo disfruté con mis sobrinos, en aquel momento pequeñitos, ahora ya, bastante más mayores, pero que se ríen recordando cuando yo les llevaba a jugar allí en fiestas...
Bueno, pues el espectáculo con el que nos amenizaron la mañana del día 18 de junio a los alumnos de infantil de 4 y 5 años fue ...............bueniiiiiiiiisimo es poco decir.
Fue de gran calidad. Con un montaje de atrezzo y de complementos de la actuación todos elaborados manualmente por ellos (con el valor que eso puede transmitir a los niños si se les explica), todos esos complementos elaborados a partir de material reciclado y un guión oral complicadísimo y muy cansado para mantener "el tipo" los actores, ya que estaba lleno de rimas, ritmos, trabalenguas y continuas alusiones a canciones, poesías y retahílas tradicionales (con el valor también añadido que esto tiene de recuperar nuestra tradición oral, tan olvidada en los últimos tiempos ). Tanto Cristina como yo estuvimos escuchando con una permanente sonrisa de satisfacción en la boca por los recuerdos de nuestra infancia que nos trajo: a Cristina, concretamente por la vía de su abuela y a mí, por la de mi madre y mi abuela.
En resumen, fue una actuación con mucho valor por lo complicado y cansado que era para los actores mantener el ritmo y encantadora para nosotros adultos por los recuerdos que nos traía.
Os dejamos aquí unas cuantas fotos para que vosotros también podáis disfrutar un poco de aquel día y para que veáis que los pequeños también disfrutaron tanto como las profes.
No os habréis imaginado ni la mitad de lo que fue... Pero viendo las caritas embobadas de los niños seguro que os habrán conseguido transmitir parte de lo encantador que fue ese rato de la mañana.
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