¡Hola, hola, familias!
Ya estamos por aquí otra vez. Lo primero desearos un feliz año 2018, esperamos que hayáis disfrutado de vuestros peques estos días.
Aunque llega un poco tarde esta entrada no queríamos que dejarais de ver lo mucho que disfrutamos el último día antes de las vacaciones con la tronca de Navidad. Se trata de una tradición aragonesa que aún hoy perdura en muchos pueblos. A la tronca se la llama también zoca, tizón, troncada, toza o corniza de Navidad y en el cole la colocamos a la entrada, junto a los Reyes Magos. Las profes nos habían contado que la tronca es muy comilona así que fuimos trayendo dulces para ir "engordándola".
Fueron pasando los días y nuestra tronca no paraba de engordar. ¡Menuda glotona! Por fin llegó el día y fuimos a ver qué sorpresas nos tenía preparadas. Estábamos un poco nerviosos porque no sabíamos que iba a pasar. Cuando llegamos a ver a la tronca vimos que había cambiado. La magia la había convertido en una tronca de madera y ahora estaba dentro de una chimenea.
Por parejas nos fuimos acercando y le gritamos a la tronca las palabras mágicas: "caga tronca, caga turrón". Tendríais que haber visto nuestras caras. No sabemos cómo pero la tronca sabía muchas cosas de nosotros. La tronca se había enterado de todo lo que pasa en clase, de las cosas buenas ... pero también de las no tan buenas. Le prometimos que nos vamos a portar súper bien y que vamos a aprender a cuidar a todos nuestros compañeros. Al final, todos recibimos nuestro regalito y nos despedimos de la tronca hasta el año que viene.
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