lunes, 26 de febrero de 2018

EXCURSIÓN : GALACHO DE LA ALFRANCA

Como sabéis el martes pasado hicimos...... ¡ NUESTRA PRIMERA EXCURSIÓN ! y ¡ qué bien lo pasamos !.
Para empezar, ya solo la experiencia de ir en el autobús todos juntos con nuestras profes nos resultó de lo más divertido.
Pero bueno, os vamos a contar todo lo que hicimos.
Al grupo de las estrellitas de mar nos acompañó un educador que se llamaba Alberto y él nos fue enseñando y contando todo.
Nos enseñó que teníamos que tener a lo largo de toda la visita los SENTIDOS bien abiertos. Y efectivamente, la salida fue toda un EXPERIENCIA SENSORIAL.




Entramos a una sala donde hay muchos animales como los que hay, de verdad, en el galacho y Alberto nos invitó a escuchar varios sonidos de animales e intentar adivinar de qué animal se trataba.





En el edificio donde estuvimos, una cigüeña había hecho su nido. En la foto vosotros solo veis el nido pero nosotros conseguimos ver también a la cigüeña por un momento.




Alberto nos dio a  OLER  alguna planta aromática de las que hay por el galacho.



Nos impresionó mucho andar por encima de un cristal en el que debajo había un simulacro de río y fuimos identificando y encontrando distintos animales que en él viven.




Alberto también nos demostró cómo el TACTO es otro sentido muy importante y, a veces, puede hasta sustituir a la vista. Para demostrárnoslo, empezó jugando con nosotros a la gallinita ciega.





Nos hizo un juego con unas cajas ( nidos de pájaros ) que estaban llenas de diferentes cosas (conchas, piedras....) y teníamos que meter la mano, y solo tocando teníamos que adivinar qué es lo que había dentro.





















Y, por fín, salimos a pasear por el bosquecillo del galacho de La Alfranca.



Y, allí, aplicamos ya todos los sentidos.
El OLFATO ......


La VISTA .....






Y hasta jugamos a transformar un tronco en una moto........



Y, cómo no, nos hicimos una foto de recuerdo de todo el grupo ..............



Por último, Alberto nos llevó a una caseta de avistamiento, que tenía una ventanita desde la que podíamos ver a los patos ( ánades reales ) y otras aves en un lago. Alberto, allí nos enseñó a distinguir los patos hembra ( de color marrón) de los patos macho ( con color verde en la cabeza y otros colores).








Y, a través de un cartel comprobó a ver si habíamos aprendido a distinguir los machos de las hembras....




Mientras, los caballitos de mar estábamos haciendo otro recorrido. Nuestra educadora se llamaba Virginia y, tras un recordatorio de las normas del lugar, nos llevó directamente al bosque. Allí nos explicó que a algunos árboles se les caen las hojas en otoño pero otros las mantienes todo el año. Estuvimos cogiendo hojas del suelo y Virginia nos las puso en las orejas como si fuéramos enanitos del bosque.







Después, Virginia nos enseñó a disfrutar del bosque y de su silencio y tras unos minutos en silencio nos dejó investigar con unas lupas. Con ellas pudimos buscar insectos, ver las venas de las hojas, el tronco de los árboles... ¡Nos convertimos en auténticos exploradores!


























Paseando por el bosque llegamos a una casita de madera muy especial. Virginia nos había dicho que si íbamos en silencio podríamos ver patos así que callados y con nerviosos nos sentamos para aprender cosas sobre ellos.







Paseamos un rato más por el bosque y después de unas fotos en grupo para recordar siempre nuestra primera excursión nos fuimos a almorzar. ¡Teníamos que reponer fuerzas después del paseo!






















Tras el almuerzo, Virginia nos puso un vídeo sobre la una cigüeña llamada Antonia. La pobre se puso muy enferma tras tragarse una pajita que alguien había tirado por el bosque. Menos mal que el veterinario pudo cuidarla. Tras conocer su historia pudimos ir a ver su nido... ¡y también a ella!






Al igual que las estrellitas, nosotros también fuimos a ver el "río de cristal" y, aunque a algunos nos dio un poco de miedo al principio, en seguida nos pusimos a buscar animales escondidos.










Por último, fuimos a la sala de los sonidos, donde pudimos escuchar como suenan algunos de los animales del bosque y tocar algunas reproducciones.




La excursión llegaba a su fin y teníamos que volver al cole. Sabíamos que los papás y mamás nos esperabais  con muchas ganas para que os contáramos todo lo que habíamos hecho. Había sido un día muy divertido pero agotador. No hay más que ver cómo íbamos en el trayecto de vuelta.







1 comentario:

  1. Gracias por hacer que cada día sea una aventura para nuestros hijos!!

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